La autoestima es el valor personal que un individuo asocia a su imagen, es decir, la valoración que tenemos sobre nosotros mismos.
Incluye la confianza en:
• Nuestra capacidad de pensar.
• Nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida.
• Nuestro derecho a triunfar.
• Nuestro derecho a ser felices.
Además también incluye el sentimiento de querer ser respetado y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias. Del mismo modo, incluye el poder alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos. Se dice que la esencia de la autoestima es confiar en la propia mente y saber que somos merecedores de la felicidad.
Se trata de una necesidad humana básica, juega un papel fundamental en el proceso vital siendo un pilar fundamental en nuestro equilibrio emocional. Resulta un aspecto indispensable para un desarrollo normal del individuo. Si no, el crecimiento psicológico resultaría entorpecido.
La autoestima influye en:
Problemas mentales (depresión, ansiedad).
Problemas alimenticios (anorexia, bulimia, obesidad).
Problemas para desarrollarte en el trabajo (dificultad para el trabajo en equipo, evadir responsabilidades, bajo desempeño en proyectos, tratar de complacer a todos).
Problemas afectivos a nivel de pareja (Problemas para encontrar pareja, problemas de intimidad con tu pareja, problemas de fidelidad).
Problemas afectivos a nivel social (Miedo a hablar con gente nueva, miedo a asistir a eventos sociales, poco interés para realizar actividades).
Pánico escénico (Miedo a hablar en público).
Problemas familiares (Mayores posibilidades de afectar la autoestima de nuestros hijos, problemas para demostrar amor y adicciones (abuso en el consumo de alcohol, tabaquismo, drogadicción).
TRABAJAR LA AUTOESTIMA EN LA EDAD ADULTA
Estudios psicológicos han demostrado que sí es posible aumentar y fortalecer nuestra autoestima en la edad adulta. Cuando somos niños y adolescentes dependemos sobre todo de los demás para que nos ayuden a mejorar nuestra autoestima, pero como adultos la mayor parte del trabajo tiene que provenir de nosotros mismos.
Desde el Método Hoffmann somos conscientes de la importancia de esta auto-valoración y del trabajo que podemos hacer para ayudar a nuestros mayores para desarrollarla.
Resulta primordial dar el primer paso y realmente querer ayudarnos a nosotros mismos. Si no somos constantes y estamos realmente convencidos de que lo que hacemos es por nuestro propio bien es prácticamente imposible que mejoremos. Por eso recomendamos no dar más importancia a los mensajes negativos, a las críticas y a la frustración que a lo positivo, los elogios y la motivación de superación confiando en nuestras capacidades. La autoestima se puede desarrollar y reforzar hasta que se convierta en algo natural, como cualquier otro hábito. Debemos ser pacientes porque nos llevará tiempo, esfuerzo y un poco de atención. Las personas seguras de sí mismas se desenvuelven mejor y es más seguro que alcancen sus metas. Saben cómo disfrutar más de sus logros y en general son más felices.