El método ofrece programas de tratamiento en todos los momentos de la vida adulta en la que una persona podría estar, desde la prevención hasta el momento en que se necesiten tratamientos paliativos, pasando por la detección precoz de cualquier enfermedad o patología o las diferentes etapas de los mismos.
Basado en un equipo multidisciplinar formado en la metodología, se tiene en cuenta el entorno familiar y social de los mayores donde el método también interviene (a través de Escuelas de Familias, reuniones con los terapeutas y otras actividades). La familia se convierte en un actor importante, formando parte de los avances y desafíos a los que sus familiares hacen frente. La familia recibe mensualmente informes actualizados sobre el trabajo diario de cada mayor y recomendaciones para sus relaciones personales.
Los objetivos específicos para trabajar en población adulta con discapacidad intelectual son:
- Seleccionar y adaptar las actividades terapéuticas a las necesidades individuales, teniendo en cuenta los intereses y valores del mayor.
- Programar actividades terapéuticas que permitan la participación, interacción y adquisición de roles sociales y favorezcan la potenciación de factores de bienestar personal.
- Organizar el tiempo de manera que favorezca la adquisición de habilidades.
- Frenar posibles deterioros causados por la edad, y en algunos casos la inactividad, trabajando aspectos cognitivos como la memoria, orientación temporo-espacial, expresión de necesidades, etc.
- Trabajar para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual a través de una mayor participación en ocupaciones significativas y gratificantes y que les posibiliten la mayor igualdad e integración social posible.
- Elaborar un plan de tratamiento personalizado, para mejorar o mantener en la medida de lo posible la capacidad funcional del mayor mediante técnicas rehabilitadoras.
- Potenciación de la autonomía personal, la autoestima y el equilibrio emocional que le permita mejorar su calidad de vida.
- Potenciar la integración social y comunitaria a través de actividades de ocio.
- Evaluación continuada del plan de tratamiento con el fin de realizar las modificaciones necesarias en función de los objetivos propuestos, así como para elaborar los informes de evolución.
- Disminuir el grado de dependencia en la realización de actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
- Promover el mantenimiento y el desarrollo de los requisitos del lenguaje (atención, memoria, discriminación visual y auditiva, motivación).
- Potenciar, mejorar y/o rehabilitar el esquema corporal.
Las áreas de intervención se aplican en tres perfiles posibles:
Mayor saludable
- Envejecimiento activo
- Hábitos de vida saludable
- Prevención de factores de riesgo
- Mantenimiento físico, cognitivo, psicológico y social activo
Mayor con patología
- Rehabilitación
- Prevención de complicaciones
- Continuidad de cuidados
- Mejora de autonomía personal
- Atención y apoyo familiar
Mayor frágil
- Detección y prevención de factores de Riesgo
- Cuidados orientados a la Funcionalidad
- Estrecho seguimiento y reevaluación
- Ganancia de autonomía
En estos perfiles de personas mayores podemos encontrarnos casos de: Autismo, parálisis cerebral, retraso mental, síndrome de Down, síndrome Asperger, síndrome X frágil o de Martin y Bell.
Es de vital importancia llevar a cabo un horario personalizado de actividades terapéuticas, que se adapte a las necesidades del mayor con discapacidad intelectual y con las que queremos lograr los objetivos planteados con anterioridad. Estás actividades son activación física, terapia cognitiva, wii terapia, programa de AVD´s, programa modificación de conducta, psicomotricidad, musicoterapia, laborterapia, taller de cocina terapéutica, taller de nuevas tecnologías, ludoterapia, terapia asistida con animales, salidas culturales, danzaterapia, pilates, prevención, etc.