Entendemos por relajación al conjunto de técnicas para disminuir el tono muscular excesivo y proporcionar así una distensión física y mental aumentando la energía de nuestro organismo, con el fin afrontar nuestra actividad de una forma óptima.
La relajación debería considerarse nuestro estado natural. Nos aporta descanso profundo, equilibrio en el metabolismo, equilibrio en el ritmo cardiaco y la respiración, liberación de las tensiones musculares o psicológicas, para lograrla se puede realizar diferentes tipos de técnicas de relajación.
Cuando estamos relajados conseguimos:
• Alto grado de sensibilidad.
• Receptividad natural.
• Mayor atención en nuestro cuerpo.
• Reducir el gasto de energía.
• Mejora de nuestro estado general, sobre todo psicológico.
Debemos tener en cuenta que es un proceso que se aprende poco a poco. Se recomienda practicar la relajación varias veces por semana. Si se realiza a diario los efectos son permanentes.
Existe una serie de motivos por los que deberíamos de practicar más esta técnica:
• Mejora la forma de afrontarse al estrés diario.
• Ayuda a desconectar del entorno y centrarse en el cuerpo.
• Permite tomar conciencia de los cambios necesarios que se desea conseguir.
• Favorece la armonía entre cuerpo y mente.
• Tras su práctica nos sentimos llenos de energía y rejuvenecidos.
También encontramos diferentes tipos de relajación:
• La relajación progresiva de Jacobson.
• Relajación autógena de Schultz.
• Respiración diafragmática.
• Eutonía.
• Meditación.
• Visualización.
• Atención plena.
• Técnicas orientales (Yoga, Tai-chi , Chi kung).
Para poder practicar la relajación adecuadamente, es importante:
• Conocer e interiorizar el vocabulario empleado por el profesional que dirige la sesión.
• Comenzar con un profesional que guíe el proceso.
• Realizar las sesiones en un espacio tranquilo. Evitando estímulos auditivos y visuales.
• La sala debe proporcionar luz tenue y una temperatura adecuada.
• Utilizar ropa cómoda. Evitar fajas, cinturones, zapatos y cualquier prenda que pueda comprimir o molestar.
• Encontrar una posición cómoda, en la que no aparezca dolor o molestias. Esta posición debe permitir la correcta respiración.
• Se recomiendan tres posiciones:
- Tumbado. En cama o colchoneta.
- Sentado. Con apoyos en brazos, nuca y pies.
- Sentado en taburete sin respaldo. Llamada posición del cochero.
También podemos lograr relajarnos a través de otro tipo actividades como masajes, acupuntura, música, pasear, jardinería, reflexoterapia, natación, teatro, danza, risoterapia.
La relajación nos aporta múltiples beneficios como:
- Tomar conciencia del cuerpo en reposo.
- Reducir el bloqueo mental.
- Controlar las crisis de angustia.
- Disminuir pensamientos que provocan ansiedad.
- Disminuir síntomas de ansiedad: palpitaciones, náuseas, sudoración, diarrea, miedo, mareo…
- Reducir el estrés general.
- Ayudar a encontrar la paz interior.
- Lograr equilibrio emocional.
- Dotar de estrategias para enfrentarse a las situaciones cotidianas.
Favorecer estados de tranquilidad y quietud.
- Explorar y liberar pensamientos.
- Aumentar la concentración.
- Favorecer la creatividad.
- Favorecer la visualización y la imaginación.
- Reducir la agresividad.
- Aumentar la seguridad en uno mismo.
- Disminuir la tensión arterial y el ritmo cardiaco.
- Aumentar niveles de oxígeno en las células del cuerpo.
- Mayor oxigenación periférica.
- Aumento de la vasodilatación.
- Reducir la secreción de noradrenalina y adrenalina por parte de las glándulas suprarrenales.
- Reducir niveles de colesterol.
- Aliviar el dolor de cabeza.
- Mejorar el insomnio.
- Liberar tensiones y contracturas musculares.
- Disminuir el dolor muscular.
- Relajar la musculatura digestiva con una sedación natural opuesta a los espasmos y disfunciones.
- Mejorar la digestión.
- Mejorar espasmos que generan cólicos y disurias en el aparato urológico.